Un equipo de investigación dirigido por científicos chinos mapeó la composición química de la superficie de la Luna con alta precisión, proporcionando así datos clave para el estudio de la evolución del satélite natural de la Tierra.
La química de dicha superficie es esencial para revelar características petrológicas que permitan comprender la evolución de la Luna.
El mapeo químico existente, basado en las muestras lunares recolectadas por las misiones Apolo y Luna, sólo había conseguido revelar la evolución del satélite hasta hace unos 3 mil millones de años, omitiendo el periodo tardío crítico.
Sin embargo, se ha demostrado que las muestras traídas por la misión Chang’e-5 de China contienen información sobre la actividad volcánica temprana de hace unos 2 mil millones de años, al igual que dé una composición material distintiva.
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Qué aporta el nuevo mapa de la superficie de la Luna
El equipo de investigación estimó con precisión el contenido de los elementos principales de la superficie del astro al combinar los datos de las muestras reunidas por Chang’e-5, Apolo y Luna, gracias a un modelo de inversión basado en aprendizaje profundo, explicó Yang Chen, profesor de la Universidad de Jilin.
Posteriormente, se creó un nuevo mapa de alta precisión y resolución de la distribución de la composición química de esa superficie, en el cual se reflejaban de manera rigurosa sus características.
Los investigadores también calibraron las unidades de basalto de los mares lunares jóvenes basándose en el contenido de los elementos recién calculados, lo que proporcionará datos confiables para estudios históricos de la actividad magmática y la evolución térmica en el periodo lunar tardío, como también para futuras misiones de retorno de muestras, indicó Yang.
¿Quiénes intervinieron?
El estudio lo realizaron conjuntamente la Universidad de Jilin, los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China, la Universidad de Trento en Italia, la Universidad de Islandia y otras instituciones chinas y extranjeras.
Ouyang Ziyuan, un destacado experto chino y primer científico jefe del programa de la sonda lunar de China, también participó en este proyecto.
Los resultados se publicaron recientemente en la revista Nature Communications.