Parece un simple juego, pero implica diversas medidas de seguridad. Para deslizarse en una tirolesa, de entrada, se requieren una serie de accesorios.
Armando Huerta, instructor de Protección Civil del parque Fortino Serrano de la alcaldía Venustiano Carranza, en la Ciudad de México, explica que, de inicio, se necesita un arnés de seguridad que pueda soportar hasta 350 kilos en las alturas.
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El equipo de la tirolesa que se coloca debe ser ajustado por una persona que conozca los cruces de cada cinta y la función de los seguros.
“El arnés sostiene las piernas y cintura, se pone muy fácil, como si fuera una mochila”.
Armando Huerta.
Aunado al arnés de seguridad, se utiliza una polea a la que llaman corazón, que es que la impulsa el avance por el cable de acero.
“Les damos indicaciones al niño (o a quien se deslice) de que debe de agarrarse siempre de la cuerda”.
Juan Manuel Guerrero, integrante de Protección Civil, Alcaldía Venustiano Carranza.
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En el otro extremo del cable debe haber alguien que reporte si están listos para recibir a la persona. Entonces inicia la aventura por los aires.
Al otro lado, desde tierra, una persona manipula un freno de caucho con una cuerda, el cual ayuda a evitar un impacto.
Las tirolesas, además, deben ser inspeccionadas y certificadas por direcciones de protección civil a nivel local para lograr que la experiencia sea divertida y segura.