Un sismo tomó por sorpresa a la Ciudad de México en junio, también a la estrategia de Sana Distancia y los cubrebocas se olvidaron, el miedo provocó concentraciones.
“Esto exige entonces que trabajemos en la prevención, en el establecimiento de protocolos que nos puedan permitir un uso y manejo adecuado de toda congregación de personas que vamos a tener en la calle los primeros minutos después del sismo”.
Norlang García, director general de Resiliencia, SGIRPC
Ante ello la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y el Instituto Politécnico Nacional, publicaron un protocolo de actuación que consta de cuatro fases:
La fase cero es la prevención
Recomienda agregar a la mochila de emergencia con documentos, dinero, agua y material de curación, cubrebocas, gel antibacterial y caretas.
La uno contempla los primeros minutos después del sismo.
Los altavoces del C5 emitirían mensajes para recordar la emergencia.
“Recuerda la sana distancia, uso de cubrebocas, lavado constante de manos, evitar concentraciones de personas en espacios poco ventilados y con mayor hacinamiento”.
Norlang García, director general de Resiliencia, SGIRPC
Los hospitales no se desalojarían de inmediato.
“Que hay lugares seguros dentro del hospital y hasta que pase el evento sísmico salgan y además evitar las concentraciones”.
Norberto Domínguez, coordinador Comité Institucional de Seguridad y Resiliencia, IPN
Para la fase 2
Las primeras dos o cuatro horas después del evento sísmico
Repartirían kits con equipamiento sanitario a brigadas de emergencia, de revisión estructural y voluntarios.
En la fase tres
Las 72 horas después del sismo contempla los refugios, divididos para atender población general y casos COVID confirmados.
El objetivo, preparar a la ciudad ante estos escenarios de riesgo.