En sus caudales no queda ni rastro de agua cristalina: ríos y presas en el Valle de México se han convertido en basureros flotantes.
El Río Hondo, que cruza la periferia entre Naucalpan y la Ciudad de México (CDMX), es una avalancha de desechos.
“Estaba este río tan hermoso y es una tristeza verlo cómo se está destruyendo”.
Melquiades Hernández, vecino Río Hondo
Las aguas arrastran botellas, zapatos, balones y hasta refrigeradores.
Ni las plantas de bombeo se salvan, como se muestra en las imágenes de Sacmex, ubicada en Periférico Norte, acumula basura por dentro y por fuera.
Al sur de la capital, la Presa Anzaldo no es la excepción. Los desechos al margen del río se vuelven murallas, esto sólo en el Valle de México.
“Toda se queda replegada, sillones, refrigeradores, colchones, de todo hay”.
Lilia Quijada, vecina Presa Mixcoac
En la presa Mixcoac, en Álvaro Obregón, es tanta la basura que se pierde en el horizonte.
Otro vecino de la Presa Mixcoac, Gilberto Soto, explicó que tiene un salpullido porque en este tiempo “viene el sol y aumenta todo hacia arriba, una contaminación muy fea”.
No sólo invade la basura, también los roedores.
“Infecciones de repente en los ojos, obviamente a los niños no podemos dejarlos afuera estar jugando a lo mejor si uno quisiera, el olor y todo lo que sale no es para ellos”.
Yurani Yáñez, vecina Presa Mixcoac
En época de lluvias el peligro aumenta, los desechos se convierten en un gran tapón que desborda el caudal, con agua sucia y pestilente.
“Aquí se inunda mucho por lo de la barranca baja mucha agua, entonces si baja toda esa agua en Mixcoac se llenaba siempre a un nivel que no pasan los camiones, mínimo por tres horas”, añade Gilberto Soto.
Mientras no se tome conciencia del daño ambiental, esta basura será el único paisaje.
“La culpa la tiene la gente porque somos muy cochinos”, afirma Lilia Quijada, quien también vive en esta zona del Valle de México.
“En primer lugar, nosotros somos los más culpables que vivimos aquí”.
Gilberto Soto