Los modernos y cada vez más sofisticados celulares y cámaras digitales permiten captar cualquier momento en casi cualquier lugar, pero casi ninguna imagen llega al papel, perdiéndose el arte del revelado de la fotografía que se realizaba con las cámaras.
“Puedes tener tu celular lleno de imágenes, desde mil, dos mil, tres mil, cinco mil, pero jamás van a ser fotografías hasta que tú las imprimas”.
Ana Márquez, dueña de Fotos City
Claudia Solera, periodista y fotógrafa amateur, ha acumulado una impresionante cantidad de gráficas en años de viajes personales y coberturas.
“Debo de tener unas 15 mil imágenes, aproximadamente”.
Claudia Solera Peña, fotógrafa
Quiso recuperar algunas de ellas y recordó la satisfacción que le provocaba el taller de revelado en su época escolar.
“Cuando entraba a los cuartos oscuros, cuando yo misma revelaba mis fotografías, cuando jugaba con los químicos”.
Claudia Solera Peña, fotógrafa
La nostalgia por el proceso de revelado ha acercado nuevamente a jóvenes interesados en la fotografía a estos estudios.
“Los que nacimos y crecimos con fotografía de revelado químico, a la hora de ver una fotografía de impresión, ya sea sublimación, no las vemos igual. Las vemos como que algo les falta”.
Jorge Luis Chaparro, laboratorista fotográfico
Nuevas máquinas revelan las fotografías digitales
Ahora es una máquina semiautomática la que realiza en minutos los pasos del revelado de fotos.
“Empieza por el primer tanque, que se llama revelador. El revelador es el que hace que emerja la imagen y luego, pasa a un segundo proceso que se llama blanqueador fijador. Luego pasa a la zona de estabilizado. El estabilizador lo que hace es el enjuague de los dos anteriores, y la deja lista para entrar a un cuarto proceso que se llama secado”.
Jorge Luis Chaparro, laboratorista fotográfico
La diferencia de calidad y nitidez es un resultado notable.
“La impresión de fotografía, en este caso, es el proceso químico, los colores, a mi punto de vista, se ven mucho más nítidos, más reales, ¿no? Y esta es la de proceso de inyección de tinta, o le llaman fotografía digital”.
Jorge Luis Chaparro, laboratorista fotográfico
Mientras la modernidad va por la digitalización, estos espacios invitan a preservar lo que consideran un arte.
