En su camino a la sierra de Mazatlán, Sinaloa, la maestra Lourdes San Juan salvó a un perrito de ser atropellado.
“Notamos que a medio camino había una pequeña, un pequeño cachorrito que apenas y se asomaban sus orejas”.
Lourdes San Juan Gallardo, directora de Ecología de Mazatlán
Lo acomodó en una caja, lo bañaron porque traía pulgas, y le dieron de comer. Parecía un perrito, ladraba como un perrito, pero no lo era.
“Yo le entrego a uno de los inspectores animalistas y él se encarga de tenerla, todo el fin de semana, el lunes la lleva con un veterinario y le dice que no era un perro, que era una coyotita”.
Lourdes San Juan Gallardo, directora de Ecología de Mazatlán
Víctor Francisco Osuna, médico veterinario de profesión, llegó a la conclusión de que es un coyote, el genotipo, por las características que presenta es un animal de monte.
Un experto en estos ejemplares, lo confirmó.
Gustavo Lizárraga, activista en vida silvestre, afirmó que estos animales tiene una segunda oreja que les sirve para detectar sonidos.
La coyotita ahora es cuidada por el veterinario, no es la primera vez que recibe animales silvestres y salvajes en su centro médico.
“Pensamos soltarlo más o menos que tenga una edad de cinco meses, ya que se pueda valer por él mismo. Se le va a desparasitar, vacunar y dejar listo para que al incorporarse al monte ya vaya saludable”.
Víctor Francisco Osuna, médico veterinario
La maestra Lourdes avisó a la Profepa y ya quedó programada una visita a un área donde se va a dejar a la coyotita.
En la zona serrana de Sinaloa viven estos animales, que no son domesticables y que además no son muy queridos por los humanos cuando bajan a la zona urbana.
Ahí, en unos meses, será reintegrada esta coyotita, que no tendrá nombre para no humanizarla y quitarle su esencia de animal de monte.