Atún o cebolla con sabor a clavo oxidado; aguacate que pica como chile de árbol; carne con olor a podrido… son algunos ejemplos de la parosmia.
“Nosotros conocemos como parosmia la alteración en el olfato que se caracteriza porque no podemos distinguir lo que estamos oliendo…”.
José Luis Mayorga, otorrinolaringólogo
Además, el otorrinolaringologo del Hospital General de Zona 47 del IMSS, Jorge Enrique Ordaz Solís, explica que las ramas de nervios que van hacia la nariz también lo hacen hacia la región del gusto, por lo que también se alteran.
Los pacientes con parosmia perciben principalmente un olor fétido en alimentos.
“Por ejemplo, el café o el comer -sobre todo el comer o tomar café- les daban náuseas, sentían que olía como podrido y ésa es una característica de la parosmia: que empiecen a sentir como un olor fétido característicamente a cualquier tipo de sustancia que comúnmente estamos acostumbrados a oler“.
Jorge Enrique Ordaz Solís, otorrinolaringólogo del IMSS
Los casos de parosmia se triplicaron con la pandemia de COVID-19, incluso en pacientes leves.
“Siempre ha existido, siempre hemos visto pacientes; sin embargo, ahora con este tema de COVID-19, la frecuencia de este problema aumentó drásticamente”.
José Luis Mayorga, otorrinolaringólogo
Especialistas señalan que no hay un tratamiento para la parosmia, pero sí algunos ejercicios para mejorar la capacidad de intensidad olfatoria.
“(Que) estemos ejercitando el sistema del olfato, estar, durante 20 o 30 minutos, poniéndonos algún alimento“.
José Luis Mayorga, otorrinolaringólogo
Incluso, dice el doctor Ordaz Solís que poner a oler pétalos de rosas, granos de café o mentolato también se ha llegado a utilizar.
De seis meses a un año, regresa la capacidad de oler en un 80%.
“A los pacientes que lo padecen, el principal factor es no desesperarse, una de las mejores recomendaciones que hacemos es individualizando cada caso, siendo reiterativo en eso“.
Jorge Enrique Ordaz Solís, otorrinolaringólogo HGZ 47 IMSS