Livier recuerda un tiempo en el que nadó en aguas cristalinas y entre fauna endémica del sur de la Ciudad de México, eran ojos de agua que hoy están al borde de la extinción.
“Desde que era yo pequeño, pues había agua transparente, acociles, carpas, hasta tortugas llegabas a ver ¡culebras de agua!”.
Livier Olivares, habitante de Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco.
En los ojos de agua de las alcaldías de Xochimilco y Tláhuac sobrevivían también rituales prehispánicos. Estos ojos de agua fueron parte de la riqueza acuífera de la capital del país.
“Por el lado de Mixquic, San Juan Ixtayopan, en San Juan Ixtayopan hay uno, no sé si todavía esté vivo, pero sí, ahí hay uno”.
Livier Olivares, habitante de Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco.
“Más o menos eran 30 metros lo que describe Antonio Peñafiel en su libro ‘Los ojos de agua’, que lo escribió en 1884”.
Edgar Allan Lara, historiador.
Hoy son muy pocos y tenues los que quedan, aparecen esporádicamente, como los que se aprecian en las imágenes, en los límites del pueblo de Mixquic.
“Ahorita ya hay pozos en los pequeños ojos de agua que con el tiempo se buscaba más y más extraer agua, son aproximadamente más de, en esta zona, 250 pozos”.
Edgar Allan Lara, historiador.
Se han ido apagando, y su lugar ha sido tomado por la contaminación y por la mancha urbana.
“Ahora le podemos llamar foco de infección, me comentaban hace rato de los ojos de agua, sí, tenemos ojos de agua, pero de aguas negras que conectaron ahí en el puente, el único puente que había antes, que conectaba Santa Cruz con lo que ahora es Santa Cruz Chicalhuacán”.
Livier Olivares, habitante de Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco.
Algunos habitantes de esta zona de la capital piensan que su desaparición es inminente, otros creen que aún se pueden rescatar.
“A mayor población, mayor consumo de agua, y estaban buscando nuevos lugares para extraer agua”.
Edgar Allan Lara, historiador.