Caídas, deslizadas, equilibrios, figuras de fuerza y giros de 360 grados a más de cinco metros de altura, es el arte circense llamado “Mástil Chino”.
Es entrar en escena y superar el miedo, dice Jorge Díaz, profesor de esta disciplina.
Son conjuntos ejecutantes en los mástiles para hacer una rutina, contar una historia, realizar una secuencia con música, con cierto ritmo, con ciertas atmósferas
Jorge Díaz Mendoza, profesor de Mástil Chino, Cirkoptero Coyoacán
Para lograrlo hay un esfuerzo físico sin igual, los acróbatas entrenan por horas: Cardio, resistencia y fuerza, para superar el tubo y los obstáculos mentales.
El objetivo y es donde realmente cuenta, cuando lo haces en escena, cuando lo haces ante el público, ahí es donde sabes que dominaste un ejercicio, no solamente está el riesgo de la caída, sino también los nervios del público presente, esa es la magia
Jorge Díaz Mendoza, profesor de Mástil Chino, Cirkoptero Coyoacán
Olinsser lleva años practicándolo y aunque parece que los acróbatas son insensibles al vértigo, reconoce que el miedo se supera con dedicación, trabajo y constancia.
Siempre da miedo, sobre todo cuando empiezas a aprender cosas nuevas.
Olinsser Hernández, acróbata, Mástil Chino
Después es adrenalina y magia, recompensada por el aplauso del público.
Cuando estás en escena obviamente te da un poco de nervios, pero esa también se transforma en energía y cuando dejas que fluya, pues simplemente se convierte en algo increíble.
Olinsser Hernández, acróbata, Mástil Chino
El Mástil Chino poco a poco gana terreno en México, pues conjuga la capacidad física de una persona, con las artes escénicas.
Lo que está padre es que en México empieza como a tener un auge, cierta relevancia y que cada vez empieza a ver muchísimo más centros como este para poder practicar.
Olinsser Hernández, acróbata, Mástil Chino
El Mástil Chino y otros talleres de circo se imparten en “Cirkoptero”, en el centro de Coyoacán de la Ciudad de México.
