La música que sale de los órganos monumentales de la Catedral Metropolitana pretende una conexión con lo divino. El trabajo de uno de sus organistas más jóvenes, Braulio Caballero, es lograr la armonía con los ángeles del coro.
“La labor de un organista y la labor de los instrumentos es que se eleve el alma a Dios durante la celebración”.
Braulio Caballero, organista.
La historia de este tesoro musical inició con el primer órgano traído desde España en el siglo XVII, conocido como el de la Epístola, el cual fue construido en 1689.
El otro, llamado del Evangelio, fue fabricado en la entonces Nueva España.
“En 1731 se construyó el otro órgano, colocado del lado del Evangelio, por el maestro José Nasarre”.
Braulio Caballero, organista.
Ambos órganos miden 15 metros de alto por 10 de ancho y son parte del coro, ubicado al centro de la Catedral, más cerca de la salida que del altar mayor.
La historia contemporánea de los órganos de la Catedral
En 1967 un incendio casi destruye los órganos, pero fueron restaurados.
En 2013 se hizo una restauración exhaustiva de los dos instrumentos, “al grado de que hoy en día están funcionando perfectamente bien”, refiere el joven organista.
En junio de 2019, se realizó el concierto de reinauguración de los órganos monumentales de la Catedral.
- El músico de 23 años de edad asegura que, por sus características, no hay otros órganos en el mundo como los de la Catedral Metropolitana.
En cada misa dominical o especial, el sonido de estos instrumentos milenarios envuelven a la Catedral y a sus fieles.