Los letreros de “No estacionarse” frente a hospitales de la Ciudad de México son ignorados por conductores quienes, en algunas ocasiones, estacionan hasta en tercera fila.
En el hospital de Gineco-Obstetricia número 4 del IMSS, ubicado en la Alcaldía Álvaro Obregón de la capital del país, puestos ambulantes, taxis y vehículos particulares complican el ingreso y la salida del nosocomio.
Mujeres embarazadas deben buscar, entre los coches, la forma de entrar al hospital en el que se atienden.
En el Hospital Darío Fernández del ISSSTE, ubicado en Barranca del Muerto, esquina con Revolución, hay una señalización de no estacionarse por el paso de ambulancias, pero decenas de coches no la respetan.
A pesar de que la situación vial es complicada, sobre todo en horas pico, las autoridades del hospital aseguran que no han tenido ningún problema para recibir alguna ambulancia en una situación de emergencia.
“Tenemos la bahía para que entre la ambulancia, bajen a los pacientes y, si es necesario, que entren por la puerta principal; si no, le dan la vuelta y los metemos (al hospital) por el triage respiratorio directo a la zona de COVID; también pueden llegar por avenida Revolución y hacemos la recepción ahí”.
Nicolás González López, asistente de la Dirección General, Hospital Darío Fernández del ISSSTE.
En otra alcaldía, la Miguel Hidalgo, vehículos bloquean las rampas para discapacitados afuera de la Unidad Médico Familiar número 17 del IMSS, ubicada en Calzada Legaria.
Sobre las banquetas de esta unidad médica se pueden ver puestos de frutas, verduras y artículos de salud.
“Vemos coches en doble fila, hay lugares donde dice que no se debe estacionar y se estacionan, cubren las rampas. Aquí el problema es que conforme se quita un carro llega otro, siempre están invadidos”.
Erika Cardona, vecina de la Unidad México Familiar 17.