Guillermo es operador de transporte, por lo que las palmas de sus manos lucen desgastadas. Asegura que esto ha complicado la toma de sus huellas dactilares.
Su caso no es único. Especialistas afirman que el desgaste es algo natural, como parte del proceso de envejecimiento.
“Va en correlación con la edad; las personas mayores pueden ir perdiendo un poco la definición (de las huellas)”
Adriana Machado, médico dermatólogo.
Este desgaste de las huellas dactilares también se dan en gente joven, dependiendo de las actividades que realice.
“Las personas que están en casa usan jabón líquido para los trastes, es muy dañino para las huellas. Personas que se dedican a la albañilería, al campo, mecánicos (tendrán desgaste en huellas)”.
Roberto Solís, perito en Dactiloscopía.
Las pequeñas marcas de la piel, llamadas dermatoglifos, dan forma a las huellas y contribuyen a la identidad de las personas.
Los cambios pueden generar problemas al realizar trámites, por lo que, en algunos casos, es recomendable acudir a un dermatólogo, para recibir tratamiento.
“El paso de la edad no podemos frenarlo, pero sí podemos mejorar un poco la textura y las características y, sobre todo, evitar que (las huellas) se deterioren”.
Adriana Machado Chabelas, médico Dermatólogo.
¿Qué pasa si mis huellas dactilares han tenido cambios importantes?
Si usted debe realizar trámites con su huella, por ejemplo, en el banco, y el tratamiento médico no funciona ante los cambios, puede tomar una vía legal.
Se deberá iniciar un juicio y presentar un peritaje de sus huellas dactilares como prueba para corroborar su identidad.
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“No queda de otra más que acudir a un juzgado y requerir al juez, mediante un oficio, que le diga al banco que la huella ‘sí es de Juan Pérez’, pero para eso, es un juicio”.
Roberto Solís, perito en dactiloscopía.
La alternativa, citada por el experto, le permitirá hacer uso pleno de este medio de identificación.