A los cinco años, José aprendió a ordeñar vacas en el establo de su papá que se ubica en la alcaldía de Tlalpan, fueron los años maravillosos de la leche fresca.
“Era la gente la que consumía la leche. Antes se formaba la gente, daba la vuelta y no alcanzaba la leche, se vendía bastante bien”.
José García Durán | Dueño de establo en Tlalpan
De los 400 litros que llegaron a vender diario, hoy apenas se reparten 50 a la semana.
Los establos en la CDMX están desapareciendo.
“Pienso que es por la mancha urbana, una, y dos porque ya sale muy caro, ya no hay para poder mantener el ganado, pastura cerca no lo hay”.
María Ortiz|Dueña de establo
El inventario ganadero del gobierno federal revela que en 2006 en la capital del país había seis mil 528 cabezas de ganado bovino para producción lechera; en 2020, sólo cuatro mil 743.
Sin embargo, en alcaldías como Tlalpan, los establos prácticamente ya desaparecieron.
“Llegó a haber bastantes, que yo recuerde unos 15 o 20 establos en toda la alcaldía. En la actualidad nada más somos dos”.
José García Durán | Dueño de establo en Tlalpan
Sin venta de leche y con la mancha urbana al acecho, subsisten gracias a cooperativas familiares como El Tapanco, que emplea principalmente a mujeres.
“Nos dedicamos a la producción y a la comercialización de quesos artesanales. Empleamos 10 litros de leche para producir un kilo del queso que nosotros comercializamos, no empleamos conservadores, no empleamos retenedores, no empleamos grasas vegetales, solamente pura leche“.
Nayeli Ortíz | Cooperativa El Tapanco
Los pocos establos que quedan y las familias que trabajan en ellos ahora dependen de estos pequeños negocios.
“Si nosotros no hacemos esta actividad, los establos, el campo, todo tendría que parar y dejarían de existir”.
Nayeli Ortíz | Cooperativa El Tapanco
Estas PyMES significan la última trinchera para los estables se mantengan vivos.