La Ciudad de México tiene un rincón donde la vida cotidiana sucede sobre el agua y en canoa.
“Este cruce existe desde 1968 cuando fueron las olimpiadas y toda la gente de aquí de Xochimilco las usaba para ir a las carreras de canotaje y de remo. Ahorita ya se quedó permanente para cruzar hacia periférico”.
Rubén Cortés | Habitante Barrio La Santísima
Entre cantos de aves exóticas, todos los días, obreros, amas de casa, jóvenes y niños cruzan en canoa.
Es un atajo escondido que conecta a los Barrios del centro de Xochimilco con la zona oriente de la capital.
“Mucha gente viene de aquí a correr, que esta es la pista de Remo y Canotaje, la mayoría son trabajadores y corredores en las mañanas; trabajan en el mercado de plantas, en el embarcadero Cuemanco”.
Pedro Colula | Bicitaxista
Cruzar por aquí les ahorra hasta 40 minutos de un trayecto que, de otra manera, tendrían que hacer por avenidas y vías asfaltadas.
Eduardo es jardinero y de no existir este cruce, tendría que “agarrar todo lo que es Periférico, está bien largo.”
Eulalio por su parte tendría que ir hasta Barrio 18 a dar la vuelta, pero con el cruce hace 5 minutos y llega a su destino.
Además, económicamente hablando, también se ahorran dinero. Los operadores que tiran de una cuerda para mover las canoas ofrecen el viaje a bajo costo.
“Dos pesos… cobraban un peso, bueno cuando yo empecé a venir cobraban un peso, ahora ya cobran dos… Se ahorra uno la nadada”.
Felicitas Huerta | Habitante de Xochimilco
Aldo Velasco es operador de la canoa y explica que abren desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, todos los días. A la comunidad se le cobra menos.
Aquí, para llegar a su destino no hay que cruzar una calle o avenida, sino un espejo de agua.
Hasta 400 personas cruzan a diario por estas canoas. Van a sus trabajos, sus escuelas o a actividades recreativas.