La Lucha Libre mexicana es más que un simple espectáculo, el ring es para muchos el mejor antídoto para desahogarse y sacar el estrés.
“Venimos desde Querétaro nosotros a sacarlo, imagínate, nosotros somos pura rudeza, puro rudo de 5 suelas, 7 suelas y Gran Turismo”, dicen Manuel y Carlos, aficionados de la Lucha libre mexicana.
“Yo me transformo, sacamos aquí todo el estrés que traemos, dejamos atrás todo y aquí nos divertimos un ratito”.
Edith, aficionada de la Lucha libre mexicana
Ponerse la máscara o la camiseta es parte de esta transformación: “Los más buscados son las máscaras de Blue Demon, Santo, ahorita que está Místico de regreso pues la de una Místico, eso es lo más tradicional que se lleva a la gente”, dice Alondra, comerciante.
Durante la función cada grito o insulto se convierte en un ritual liberador.
“Desde los seis o siete años con mi papá nos llevaba y decía: sabes qué, este es el único lugar en el que puedes decir groserías, hoy en día lo sé”.
María José, aficionada de la Lucha libre mexicana
Esta pasión heredada de padres a hijos mantiene en pie a su ferviente público aún en pandemia.
“Mis hijos se puedan distraer, relajarse un poco de lo que es la rutina, y que más que con el deporte”, señala Jesús, aficionado de la Lucha libre mexicana.
“¡Los rudos, los rudos!”.
Andrés
Hay quienes no sacrifican ni un domingo para ver a sus héroes de carne y hueso en el ring como Christian, quien asegura que antes asistía a la Arena Pista Revolución que actualmente ya no existe, Arena México, Arena Coliseo, Alberca Olímpica, las Triplemanía, “todos los recintos habidos y por haber”, asegura.
Aquí las preocupaciones se quedan afuera.
“Ni quisiera que se acabara, porque aquí se vienen a olvidar las penas, se viene a olvidar un poco de la vida cotidiana”.
Martha Elena, aficionada
¡Larga vida a Lucha Libre Mexicana!
“Rudísimo de cinco estrellas ¡qué bárbaro Magadán!”, finaliza Manuel, otro aficionado.