¡Rompan todo!, ¡Destruyan cada cosa a su paso! Es la consigna en una habitación de ira.
Un concepto que nació en Japón y se consolidó en Estados Unidos con los llamados: “Anger rooms”.
Lo puedes encontrar en su página oficial o sus redes sociales:
En la Ciudad de México hay un cuarto de ira en la colonia Narvarte.
Cuatro paredes son testigos de la descarga de emociones.
“Se pueden romper botellas, electrónicos como dvds impresoras, televisiones, teléfonos, máquinas de escribir, figuritas de porcelana”.
Diana Turner Barragán, dueña de Break Out
Break Out incorpora música a la catarsis.
Charlotte y Eliot son dos ciudadanos que vivieron la experiencia.
“Lo primero y más importante es su seguridad, les voy a pedir que en todo momento caretas abajo, guantes puestos y overol hasta arriba”.
Charly dijo como pudo desquitar su ira rompiéndolo todo.
“Rompimos botellas, una televisión y se siente como liberador”.
Charly, participante
Eliot destacó que también es un acto de diversión.
“Es como algo divertido, algo diferente”.
Eliot, participante
Al final, para equilibrar hay meditación.
“Con los ojos cerrados lanzo la mirada por debajo de mi piel”.
Si bien en esta actividad se descargan emociones como ira, rabia, enojo y frustración, no sustituye a una terapia psicológica aunque puede ser complementaria.
“Nos han mandado gente, psiquiatras y psicólogos en sus procesos terapéuticos porque a veces les cuesta trabajo sacar el enojo o soltar la tristeza”.
Diana Turner Barragán, dueña de Break Out
En tiempos de pandemia incrementó la demanda, los principales usuarios son personas entre 20 y 30 años de edad, en su mayoría mujeres, trabajadores a distancia.
Algunas empresas brindan este tipo de actividad a sus empleados para disminuir el estrés laboral.
“Éste es un espacio donde se pueden relajar, pero además también se puede hacer trabajo en equipo porque también hay una especie de complicidad”.
Diana Turner Barragán, dueña de Break Out
En las paredes también quedan restos de la descarga emocional con mensajes de liberación.
“Creo que todo mundo debería de venir a romper cosas de vez en cuando”.
Charly, participante