Son sencillos, pero muy útiles, a estos coloridos juguetes les llaman “tubos antiestrés” o “pop tubes”: Tubos de plástico que se estiran y emiten sonidos.
Madres de familia, como Cecilia Marín, afirman que sus hijos los usan y ya experimentan los resultados.
Uno de ellos, se olvidan por un buen rato de dispositivos móviles.
“Pues les ayuda para el estrés, para que estén mejor, dejen el celular y dejen de hacer otras travesuras”
Cecilia Marín, madre de familia
Se volvieron virales porque permiten echar a volar la imaginación y logran concentrar a los más pequeños de la casa.
“Sí, es factible que un movimiento que hace uno con las manos, le permite al niño disminuir su ansiedad. Está también el tema del sonido que es agradable”
Cecilia Alonso, doctora en Educación
Además, afirma, estimulan las neuronas.
“Entonces, si yo tengo algo así, tengo la posibilidad de ir haciendo que mis movimientos hagan que mis neuronas se vayan reproduciendo una y otra vez”.
Cecilia Alonso, doctora en Educación
Costo de los tubos antiestrés
Cada tubo cuesta en promedio de 10 a 30 pesos, dependiendo el tamaño.
Joahana Camacho vende juguetes afuera de un mercado de la Ciudad de México y vive de cerca el fenómeno.
“Primero empezaron a comprar uno por uno pero, ya ahorita, empezaron a comprar más”
Johana Camacho, vendedora de juguetes
Teresa, por ejemplo considera que a su hijo David los “pop tubes” lo estimulan de diversas formas.
“Realmente le sirve para todos los sentidos, como ahorita que está oyendo su voz y los está jalando”
Teresa Sabbagh, madre de familia
Juguetes sensoriales que ayudan a construir figuras… y también futuros.
“Está este tema de todo lo que puedo construir, y ahorita, pues estamos hablando de que los niños tienen que construir su conocimiento, tienen que construir su realidad”.
Cecilia Alonso, doctora en Educación
Por otro lado, existen múltiples juguetes para todos los gustos y de varios precios que pueden ser disfrutados por niños y niñas de todas las edades.