El color de las parcelas oscila entre el amarillo y el naranja, insectos voladores se posan sobre estos altares. Adán ha caminado entre flores de cempasúchil desde que era un niño.
“Es criollo porque es de aquí, es el que siempre han sembrado nuestros abuelos”.
Adán Morales, productor de cempasúchil
Conocido también como cempasúchil de corte es una planta especialmente adaptada al suelo del antiguo lago.
“Este cempasúchil que tenemos aquí es el originario de aquí de la zona chinampera, este cempasúchil crece más o menos de un metro a un metro y medio. La planta se acopla bien al sustrato que está abajo y crece mucho más alta a diferencia de las plantas que son transgénicas que ya las producen y venden en macetas”.
Isaac Ramírez Martínez, Rescate y reactivación de tierras
Para encontrarla hay que adentrarse en las chinampas o ir a los mercados de barrio.
Su comercialización es prácticamente entre vecinos.
“Vendemos desde 10 pesos por manojo, hasta un manojo grande a 180”.
Jorge Martínez, productor de cempasúchil
Adán platica que lo venden con los vecinos, con los familiares y si es mucha cantidad lo venden hacia el público.
La misma planta produce su semilla y cumple así con el ciclo agrícola.
“Hay que poner en una manta, a modo de qué el Sol no vaya muy directo porque si no lo quema entonces hay que sacarlo una semana después a guardarlo en un bote a modo de qué no se moje“.
Jorge Martínez, productor de cempasúchil
Y es el cempasúchil del que se desprende el característico olor de la temporada.
“El otro se ve muy bonito, pero no tiene tanto olor porque lo que quiere la gente es que cuando ponen su ofrenda suelta mucho olor”.
Adán Morales, productor de cempasúchil