José dedica tres horas al día a buscar entre contenedores de desperdicios que la Central de Abasto de la Ciudad de México .
“Está bien bueno todo, nomás que la gente ya no lo compra, por ejemplo, viendo esto (enseña una zanahoria) ¿tú lo comprarías? Y está bien buena, nada más una lavada, desinfectada y se come. La papa, mira la papa está buena”.
José |Padre de familia
Para él no son desperdicios, incluso hay variedad.
Zanahorita, papa, lechuga, chiles, de cualquier tipo de chile, habanero, de todo tipo de chile hay aquí”.
José|Padre de familia
Lizbeth hace lo mismo acompañada de otras integrantes de su familia.
“A veces mangos, papayas, tomate, limón, dependen lo que tiran”.
Lizbeth | Madre de familia
Todos los días mujeres y hombres buscan entre las más de 500 toneladas de verdura y fruta que se desperdician en la Central de Abasto, algo que llevar a su mesa.
“… Unas cebollitas, quizás unos chilitos, algo así”.
Juan Romero | Adulto mayor
Amas de casa le dan una segunda oportunidad a mercancía que nadie compró.
“… Mire, ya lo habían tirado, está bueno, está comestible todavía”.
Andrea Velasco| Ama de casa
El ahorro para estas familias puede ser de hasta 400 pesos.
“Aquí viene mucha gente que no tiene trabajo, no tiene cómo sostenerse”.
Juan José | Padre de familia
Entre aparentes desperdicios, quienes perdieron su empleo a causa de la pandemia de COVID-19, encuentran una oportunidad.