Tres jóvenes estuvieron en prisión, se reintegraron a la sociedad y ahora apoyan en el Macrocentro de vacunación contra COVID-19 en Ciudad Universitaria de la capital mexicana.
Mario pasó casi 10 años en el penal de Santa Martha por robo a transporte.
“Pues yo quería salir y hacer algo de bien en la calle”.
Mario Mejía, beneficiario de INJUVE
Es parte de los programas Barrio Adentro y Los Jóvenes Unen al Barrio, del gobierno de la Ciudad de México.
“Me da mucho gusto, porque veo que la gente me agradece por ayudarles, por lo poco que les apoyo en la llegada.”
Mario Mejía, beneficiario de INJUVE
Jordán purgó una sentencia de 9 años por robo de vehículo.
“El chiste es no desesperarnos, estar tranquilos y no pensar tonterías de andar delinquiendo.”
Jordán Castillo, beneficiario del INJUVE
Atrás quedaron los días de incertidumbre y encierro.
“Puede que la familia te olvide o puede ser que haya una riña, un motín y no sabes si vas a estar vivo al otro día”.
Jordán Castillo, beneficiario del INJUVE
Por realizar esta labor y actividades comunitarias, reciben un pago de 3 mil pesos mensuales.
El Instituto de la Juventud de la Ciudad de México acude a las prisiones, aborda a quienes estén por a salir y muestren buena conducta.
Suman 104 beneficiarios.
“Y cuando ellos salen inmediatamente nos buscan, ya sea la oficina o algunos de ellos incluso hasta nos dicen qué día y a qué hora van a salir para que vayamos a verlos en el momento.”
Beatriz Olivares, directora General del INJUVE
Fernando estuvo encarcelado por tentativa de homicidio y otros delitos, prefiere hablar poco del tema, pero explica sus proyectos.
“Ahorita mis planes a futuro son estudiar la universidad en diseño industrial.”
Fernando, beneficiario del INJUVE
Además realiza otras actividades en el INJUVE, es maestro de baile.
Todos, afirman, iniciaron una nueva vida.