Las autoridades de Qatar y de la FIFA anunciaron este viernes que no se venderá cerveza alrededor de los estadios durante el Mundial, en un comunicado publicado dos días antes del arranque de la competición, echándose atrás sobre una decisión contraria, tomada en septiembre, que permitía la venta de alcohol.
“Tras las conversaciones mantenidas entre las autoridades del país organizador y la FIFA, se ha tomado la decisión de centrar la venta de bebidas alcohólicas en el FIFA Fan Festival, otros lugares de encuentro de los hinchas y los locales que dispongan de licencia para ello, y eliminar los puntos de venta de cerveza del perímetro de los estadios de la Copa del Mundo“, precisa el comunicado, sin aclarar las razones de esta decisión. Al ser solicitado por la AFP, el Gobierno no quiso hacer comentarios.
La prohibición ensombrece el compromiso de las autoridades del pequeño y conservador emirato de suavizar la aplicación de sus leyes durante la gran cita del futbol, a la que se espera que viajen más de un millón de aficionados de todo el mundo.
El consumo de alcohol está fuertemente regulado en la nación islámica, pero los organizadores habían concedido establecer horarios de venta de cerveza antes y después de los partidos en las afueras de los ocho estadios.
Marca cervecera responde ante la medida
El propietario del gigante cervecero estadounidense Budweiser, uno de los principales patrocinadores del Mundial desde hace tres décadas, declaró que estas restricciones de alcohol están fuera de su control.
Para la FSA, asociación de hinchas de Inglaterra, “este giro de último minuto ilustra un problema más amplio: la total falta de comunicación y transparencia del comité organizador respecto a los aficionados”.
“Si ellos pueden cambiar de opinión de un momento a otro, los aficionados tendrán una preocupación comprensible sobre su capacidad para cumplir con otras cuestiones, como el alojamiento, el transporte y las cuestiones culturales”, alertó la FSA, que tendrá a miles de integrantes en Doha el lunes para el debut de Inglaterra contra Irán.
Desde su sorprendente designación como sede del torneo en 2010, en detrimento de la favorita Estados Unidos, Qatar ha sido objeto de numerosas críticas que van desde acusaciones de corrupción para la nominación hasta el trato que reciben los trabajadores migrantes, el respeto a los derechos de las mujeres y del colectivo LGBTIQ+ o el impacto medioambiental del torneo.
Según el diario británico The Times, que avanzó la decisión del viernes, la marcha atrás en la venta de alcohol es el resultado de la “considerable presión” ejercida por los dirigentes qataríes, incluida la familia gobernante.
A principios de septiembre se confirmó que los puestos de cerveza abrirían alrededor de los estadios tres horas antes y hasta una media hora antes del inicio del partido. Deberían abrir de nuevo durante una hora después del pitido final. Sólo las cervezas sin alcohol deberían estar ahora disponibles en los estadios.
“Pienso que ha sido una idea falsa sobre la venta de alcohol en los estadios. Nosotros operamos como en cualquier otra Copa del Mundo”, se había comprometido el director general del Mundial, Nasser Al-Khater, durante una rueda de prensa el 8 de septiembre.
“No es un problema”, dicen aficionados en Qatar
En las calles de la capital, las reacciones de los aficionados preguntados por la AFP eran más suaves.
“No es un problema para mí. Sabíamos que habría restricciones. Estoy aquí para ver futbol y conocer gente”, comentó el mexicano Álex Burgos, de 45 años. “Es una lástima. Con este tiempo y emoción, nos habría gustado una cerveza de vez en cuando, pero está bien para evitar peleas”, valoró por su parte Diana, de 31 años, desplazada para apoyar a Ecuador.
Los habitantes de Qatar, por su parte, están divididos
“Debería estar autorizado porque mucha gente viene de todo el mundo y la FIFA lo hacía antes”, reaccionó Ayu Whazir, de 26 años. “Sé que los ingleses no van a estar contentos, pero no tenemos todo lo que queremos en la vida, lo siento”, ironizó por su parte Hashem Walid, de 20 años.
“Una orden que viene de arriba”
El viernes por la mañana, tiendas con los colores rojo y blanco de Budweiser eran todavía visibles alrededor del estadio internacional Khalifa, Ahmed Ben Ali y Lusail, constató la AFP.
Una fuente cercana a la organización indicó a la AFP que, “desde hace cuatro días”, esos comercios se han alejado de la entrada de los aficionados porque eran “demasiado visibles”. “Es una orden que viene de arriba”, añadió esa fuente.
Los espacios VIP de los estadios proponen packs que incluyen “cervezas, champán, vinos y licores” a partir de 950 dólares y alcanzando más de 30 mil dólares.
En la fanzone principal de la FIFA, comprar alcohol es posible a partir de las 18:30 locales. En otras fanzone privadas, las reglas varían.
En Qatar consumir alcohol es legal para los no musulmanes de más de 21 años, pero está regulado de manera muy estricta.
Está prohibido introducir alcohol en el equipaje, incluso el comprado en el “duty free”. Los residentes pueden comprar en un comercio dedicado que no está abierto a los turistas y los visitantes pueden beber en la mayoría de los hoteles internacionales.
Durante la Copa Mundial de 2014, Brasil levantó la prohibición de consumir alcohol en los estadios a petición de la FIFA.