¿Qué sigue después de la reforma judicial?
Pamela Cerdeira explica que hay dos perspectivas para ver lo que viene en el país tras aprobar la reforma al poder judicial.
En los últimos días, la reforma al Poder Judicial finalmente se aprobó, generando una mezcla de expectativas y preocupaciones. La periodista aborda este tema desde una postura crítica, dividiendo a la opinión pública en dos bandos: “los optimistas y los pesimistas, o los realistas”, como los llama ella.
Por un lado, los optimistas tienen la esperanza de que, aunque la reforma ya fue aprobada, todavía queden “organismos internacionales, estrategias legales, o que quizá, en el mejor de los casos, un chispazo de conciencia llegue a los legisladores y, a través de las leyes secundarias, decidan arreglar el tema”. Este grupo confía en que las modificaciones futuras puedan corregir las fallas evidentes de la reforma.
Sin embargo, Cerdeira se sitúa en el otro lado, el de los “realistas”, argumentando que este optimismo no es más que una ilusión.
“Si aprobaron la reforma de la forma tan grotesca en la que lo hicieron, con las mentiras que lo hicieron, sin escuchar a nadie más, ¿por qué habrían de querer cambiar ahora?”.
Pamela Cerdeira
Su perspectiva es clara: quienes impulsaron esta reforma no tienen intención de mejorar las cosas, porque lo que realmente buscan es concentrar más poder.
Este es el núcleo de su crítica: la reforma no fue diseñada para fortalecer el sistema judicial ni para beneficiar a México, sino para consolidar un “súper poder”, como ella lo describe, refiriéndose a Morena.
Además, Cerdeira destaca un aspecto técnico que muchos pasan por alto. En cuanto a las leyes secundarias, advierte que “no hay nada que puedas hacer en la ley secundaria que aligera lo que ya pruebas en la Constitución”.
Esto significa que, a pesar de las esperanzas optimistas, los cambios que se logren mediante leyes secundarias no pueden contradecir lo que ya fue establecido en la reforma constitucional.