¿Por qué no estamos en las calles pidiendo un cambio a la estrategia de seguridad?

Pamela Cerdeira explica que el crimen organizado ha dejado de ser un asunto de tráfico de drogas, de secuestros o de trata de personas para llegar hasta las cocinas de todos los mexicanos, ya que en Chilpancingo, Guerrero las pollerías se vieron obligadas a cerrar luego de una semana de ataques de criminales registrados contra repartidores y distribuidores.

“Yo no entiendo como lo que sucedió en Chilpancingo no nos tiene a todos con los pelos parados de punta exigiendo al Gobierno Federal un viraje en la estrategia en contra de la delincuencia organizada”

Pamela Cerdeira

La periodista señala que es “increíble que tuviera que dejarse de vender pollo porque hasta ahí estaban las garras de los delincuentes”, comenta Pamela Cerdeira.

La analista explicó que el propio presidente del Consejo Nacional Agropecuario dijo que las manos de la delincuencia no sólo están en el pollo también en la carne, el pan, incluso en Zihuatanejo semanas antes había pasado lo mismo con las tortillerías.

Aunque la venta de pollo ha regresado de manera limitada entre el miedo, la incertidumbre y bajo el resguardo de la policía estatal. El precio al público va de los 215 a los 220 pesos por cada pollo, que es el costo más alto registrado en lo que va del año.

 “Además que la inflación histórica que se vive en el país y el mundo ahora debido al crimen organizado los alimentos deben llevar la cuota que le imponga el crimen organizado, que en este país es quien se mueve con mayor libertad y sin temor alguno”.

Pamela Cerdeira
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