Pamela Cerdeira retoma lo que sucedió el viernes pasado en la Corte de Estados Unidos, la cual revocó el derecho constitucional al aborto, y esto es un ejemplo de varias cosas:
- Los derechos no son garantía de que siempre estarán ahí, que una vez ganados hay que seguir insistiendo
- Es resultado de haber votado mal por un presidente, y no por el actual, sino por Donald Trump, y que pusiera a los ministros que puso en la Corte Suprema
La periodista menciona que las mujeres que quieran abortar, y que estén en estados donde las leyes sean restrictivas, las que estén en mejores condiciones, seguramente lo van hacer y viajarán a un estado donde se permita o tendrán medios para hacer conexiones con mujeres que puedan hacer el aborto de forma segura.
“Como siempre, a quienes peor les va, son las que menos recursos tienen y las que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad”.
Pamela Cerdeira
Pamela Cerdeira termina su columna diciendo que todavía nos “quedan un montón de lecciones” y quizá la principal sea: “no dar por hecho todo lo que tenemos; se puede perder”.
¿Qué se aprobó el viernes pasado en la Corte Suprema de Estados Unidos?
La Corte Suprema de Estados Unidos puso fin a una sentencia que durante casi medio siglo garantizó el derecho de las mujeres estadounidenses al aborto, pero que nunca había sido aceptada por la derecha religiosa.
Esta decisión no convierte en ilegales las interrupciones del embarazo, sino que hace retroceder a Estados Unidos a la situación vigente antes de la sentencia “Roe vs Wade” de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarlas o no.
La ley en Estados Unidos permitía el aborto cuando hubiera una “emergencia médica” o una “anormalidad fetal grave”, pero no tenía una excepción para los embarazos resultantes de una violación o incesto.
Varios estados tienen promulgadas restricciones sobre el aborto. Texas lo prohibió después de las seis semanas de embarazo. Kentucky, Florida, Idaho y Arizona aprobaron restricciones a partir de las 15 semanas. En Oklahoma hay prohibición total, salvo que la vida de la madre peligre.
Las encuestas sobre el aborto revelan que una cuarta parte de los estadounidenses cree que debería ser siempre legal. Una proporción similar, que debería permitirse en la mayoría de los casos. Otra cuarta parte dice que debería ser ilegal en la mayoría de casos, y entre 10% y 15%, que debería ser ilegal.
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