¿Está bien utilizar la vacunación contra COVID-19 como una estrategia electoral?, la periodista Pamela Cerdeira responde a esta pregunta.
Y para ello hace un recuento de lo ocurrido antes y después de las elecciones del pasado 6 de junio:
“Vayámonos para atrás, previo al proceso electoral se aceleró el regreso a clases sobre todo en la Ciudad de México, donde era absurdo. Para qué querían regresar a clases cuando quedaban tres semanas del periodo escolar, y por otro lado se aceleró la campaña de vacunación en los días previos al proceso electoral”.
En su opinión, utilizar la vacunación contra COVID-19 con fines electorales no está mal, en tanto que la preferencia electoral fuera una consecuencia del buen actuar de las autoridades.
“Yo no creo que esté mal que se lucre con eso, si un gobierno está haciendo algo bien, el que tengan beneficios de los electores a través del voto, me parece incluso hasta una consecuencia lógica”.
No obstante, aclara que la forma en que la vacunación siguió su curso después de las elecciones, es un acto reclamable, y explica por qué:
“Lo que sí podemos reclamar es lo que pasó después, es decir, regresamos a tener que cerrar escuelas, lo que indica que incluso haber adelantado el proceso de vacunación para los maestros también tenía un tinte electoral”.
Incluso, Pamela Cerdeira agrega:
“Ahora, ya no tienen prisa por poner las vacunas y comienza a desacelerarse el número de vacunas que ponían por día. Eso sí es reclamable y es criminal”.