Martha Anaya relata que realizó un viaje en un taxi y que el chofer vivió aterrado desde que el fin de semana que se volvió a decretar el semáforo rojo en la Ciudad de México.
“Esto debido a que con este anuncio la gente empezó a llenar los almacenes, los aeropuertos, centrales camioneras y las calles“, señala Anaya.
“El chofer me decía que no entendía por qué reaccionamos de esta manera. Y la primera justificación es que muchas personas tienen que salir a trabajar, es especial el comercio informal, y se entiende; pero hay otro sector que hace fiestas cada noche, y eso no se explica”
Anaya menciona que pasó por una farmacia donde había mucha gente formada pero una señora preguntó que si estaban haciendo pruebas COVID, a lo cual la encargada le respondió que no, y en ese momento la mayoría se fue y eran jóvenes.
La analista tomó el relato de la señora que le comentó que cada noche en la Condesa se escucha la música de varias fiestas.
Anaya se cuestiona cuál es el pensamiento de este sector que no le importa la situación crítica que se vive en la Ciudad de México y sigue haciendo reuniones y retoma la plática que tuvo con el taxista:
“Hay algo (en los jóvenes) que les hace decir que a ellos no les pasará nada. La verdad se creen inmunes o desafían a la muerte o simplemente no les importa”