A donde yo llego se me respeta: Claudia Sheinbaum
Con la frase de Claudia Sheinbaum “A donde yo llego se me respeta” Martha Anya explica que el respeto es la palabra clave en la narrativa de la presidenta, parece haber sido puesto a prueba en el reciente evento del Zócalo.
La presidenta, que en más de una ocasión ha dejado claro que donde ella llega se le respeta, vivió un momento incómodo al ser ignorada por figuras clave de la 4T. Mientras los líderes del Congreso y la presidenta de Morena se tomaban una selfie con Andrés Manuel López Beltrán, Sheinbaum pasaba desapercibida, casi como una espectadora en su propia cancha. La escena fue simbólica y reveladora: una líder que exige reconocimiento, pero que por momentos parece no recibirlo ni de los suyos.
La anécdota del pasado domingo recuerda otro episodio significativo en la carrera de Sheinbaum. En su momento, al entonces gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, le espetó con firmeza: “A donde yo llego se me respeta”.
Esta frase, que ha sido casi un mantra en su discurso, también justificó la exclusión de la ministra Norma Piña en un acto oficial bajo el argumento de que no respetaba al Ejecutivo, la Constitución y el Legislativo. Sin embargo, lo ocurrido en el Zócalo muestra una contradicción: ¿qué sucede cuando el respeto que se exige no es correspondido dentro del propio movimiento?
“¿Qué va a pasar ahora con todos estos personajes de la 4T que le hicieron el feo, o fue un error o una falta de protocolo, como ustedes quieran llamarlo a la señora Presidenta que exige respeto cuando ella llega?”.
Martha Anaya