El extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, y la consejera del Instituto Nacional Electoral (INE) Carla Humphrey Jordan decidieron contraer nupcias el sábado 6 de noviembre en un lugar alejado de México, en Guatemala, para mantener el enlace privado.
Sin embargo, el vuelo de la entonces secretaria de Turismo de la Ciudad de México (CDMX), Paola Félix Díaz, dio pie a un escándalo que destapó la boda, dinero y un vuelo privado, así como una lista de invitados selectos entre los que figuraron políticos, empresarios y personalidades de la farándula.
La boda, para nuestra analista política, como diría el clásico: le vino muy bien, le vino como anillo al dedo al presidente López Obrador.
En su opinión era crónica de una renuncia o un despido anunciado.
Por una parte, se entiende, son puestos de muchísimo desgaste en cualquier país del mundo, creo que en México todavía peor, porque no somos, no estamos entre aquellos países, desgraciadamente, en donde la justicia, las investigaciones, etcétera son estrictamente por sus méritos, sino que llevan normalmente padrinos políticos. Y estos padrinos políticos, pues suelen ser los titulares del Ejecutivo.
Santiago Nieto, a lo largo de estos dos o tres años de gestión al frente de la UIF, no solamente creó muchos enemigos fuera, también en el círculo gubernamental.
Santiago Nieto tuvo un perfil demasiado público y en un puesto de esta naturaleza lo que se requiere precisamente es discreción.
Por instrucciones del presidente López Obrador, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dio posesión del cargo como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a Pablo Gómez Álvarez, quien entró en funciones inmediatamente.