Poblaciones, municipios y pueblos de México no cuentan con un Estado que garantice la libertad en general, la libertad de tránsito, del voto, comercial, etc, etc. libertades que de alguna u otra forma pueden llegar a tener las grandes ciudades o capitales del país.
Pero pues estos pueblos, estos municipios apartados, no gozan de esa libertad porque han sido verdaderamente tomados por el crimen organizado, que es la fuerza que manda.
María Amparo Casar opina que no necesariamente es porque pongan y quiten a los alcaldes, sino porque, se impide salir a la calle, se impide acudir a las urnas y votar con un mínimo de seguridad; se está impidiendo el derecho al voto.
Es claro decir que con esta acción, el gobierno y los organos nacionales que se encargan de revisar y/o validar un fraude electoral, no cuenta con las pruebas necesarias, lo que dice María Amparo es sinónimo de que: se salgan con la suya.
El problema que nos aclara nuestra analista es que en México se está viviendo un gran problema y es, el de no poder detectar hasta dónde llegan los tentáculos del crimen organizado en el territorio nacional.
Tenemos la sospecha fundada de que se le está arrebatado el territorio al Estado mexicano, pero no sabemos de qué tamaño es el fenómeno que estamos enfrentando.
