“En la medida que se va a cercando el año nuevo van comenzando también, los preparativos para la sucesión presidencial“, asegura el doctor Luis Rubio, quien analiza el escenario electoral que se comienza a configurar para la sucesión presidencial de 2024.
Y es que en su opinión, “desde que el presidente ‘descorcholató’ a sus posibles candidatos, tenemos un proceso en ciernes para que cada partido vaya definiendo cómo va a funcionar durante la etapa electoral”. No obstante, señala:
“Desde luego es muy temprano para ver ya candidatos y qué proponen y harían, cómo se componen las fuerzas electorales y si habrá una alianza fuerte o no”.
Para nuestro colaborador, el punto de fondo de mirar hacia el 2024 es: “pensar de una manera totalmente diferente”, y explica por qué.
“Tenemos que pensar en qué es lo que queremos que no ocurra de aquí a 2030, año en que acaba el próximo sexenio”.
El experto se adelanta al 2030, para ofrecer una prospectiva de la situación que podría vivir en el país si existe un cambio en el pensamiento de los votantes, ya que asegura que “todos los gobernantes tienden típicamente a pensar que lo que ellos quieren va a ocurrir y, sin embargo, al final del sexenio resulta que lo que querían hacer no se consumó y muchas veces ocurre el peor escenario, aquel que no querían que se lograra”.
“Sería mucho mejor empezar a pensar qué es lo que no queremos que ocurra, para asegurarnos que no ocurra, y entonces empezar a pensar con menor grandiosidad y grandilocuencia, pero con la posibilidad de que el país comience a caminar de una manera mejor, con mejores empleos e ingresos”.
En este sentido, Luis Rubio cree que “las grandes expectativas que ha desatado este gobierno son muy razonables y muy lógicas”, pero sostiene que si no son asequibles “vamos a acabar con otra depresión como hemos tenido tantas veces en el pasado”.