Con el nombramiento de Claudia Sheinbaum como presidenta electa, México se adentran en una fase crucial, asegura Luis Rubio ya que en el mes de septiembre se tiene planeadas varias reformas que definirán el futuro del país.
Este periodo no solo marca el puente entre el gobierno saliente y el entrante, sino que también será el escenario donde se decidirán cuestiones fundamentales que pueden definir el futuro del país.
Así lo expresa el analista Luis Rubio “septiembre será un mes muy álgido, un mes muy complicado, un mes muy difícil”, ya que en este periodo se disputarán los logros más importantes del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Rubio plantea una inquietante interrogante: “¿Este mes será el inicio de un nuevo gobierno o el final de uno nuevo?” La respuesta no es clara, especialmente cuando se considera que las decisiones tomadas en septiembre podrían tener consecuencias duraderas.
“No me parece que sea obvio en este momento, ya siendo presidente electa, que la doctora Sheinbaum tenga claro las consecuencias de lo que pueda ocurrir el mes de septiembre”.
Luis Rubio
Uno de los temas más delicados que podrían marcar este periodo tiene que ver con las reformas energéticas y la autonomía de los organismos reguladores.
Rubio subraya que, aunque estos órganos no son perfectos y la justicia en México está lejos de ser ideal, la forma en que el gobierno saliente pretende resolver estos problemas podría causar estragos y, en última instancia, “dar un golpe potencialmente letal al gobierno que está por iniciar”.
Es un momento en el que se debería, según Rubio, “hacer un alto en el camino y considerar cuáles son las consecuencias de seguir por el camino que el presidente López Obrador había establecido”.
Para Luis Rubio, el presidente López Obrador ha adoptado una postura similar a la de los monarcas franceses Luis XIV y Luis XV, quienes, en sus últimos días, se mostraban indiferentes al futuro de sus naciones. “Él está en el plan de que después de mí, el diluvio”, comenta Rubio, haciendo alusión a la falta de preocupación del mandatario por las secuelas de sus decisiones en el próximo gobierno.
Sin embargo, este también podría ser un momento de oportunidad para México. Si se maneja correctamente, septiembre podría ser el principio de un gobierno que tenga la capacidad de “realmente transformar el país, de hacer las reformas que el país necesita con mucho más equidad, con mucha más ecuanimidad y con mucho más sentido de dirección”, explica Rubio.