Para el doctor Luis Rubio, “hay algo muy extraño en la discusión que se está teniendo en el país y en el Congreso sobre la Reforma Eléctrica que propuso el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador” y explica por qué.
“Es extraña porque hace sólo cuatro o cinco años se aprobó la reforma eléctrica que ahora el presidente quiere desmantelar. Es una reforma constitucional y eso hace pensar que la Constitución no es permanente, cuando la idea de una Constitución es que sea una guía para toda la ciudadanía”.
Para nuestro colaborador la pregunta importante es: ¿por qué es tan vulnerable una legislación cuando está en el marco constitucional?, y ofrece una posible respuesta.
“Porque las reformas que se llevaron a cabo en el sexenio pasado fueron muy endebles porque nunca se debatieron, nunca se socializaron, nunca se buscó la legitimidad de las reformas entre la población, es decir, fue una discusión dentro de la política mexicana, en ‘lo oscurito’, fue una discusión que no tuvo lugar en el foro público porque se despreciaba radicalmente a la ciudadanía”.
Además, agrega el experto, “las reformas del sexenio pasado, tres de ellas particularmente, la laboral, la de educación y la de energía, trastocaban tres de los pilares más importantes de la Constitución de 1917″.
“Muchos de los hoy morenistas argumentaban, no sin razón, que con los cambios en esos tres artículos en ese sexenio, se le había quitado todo el sentido y profundidad de la Constitución de 1917”.
“Ahora lo que está proponiendo el presidente implicaría no regresar al pasado, sino destruir una industria que cada vez es más competitiva y cada vez es más importante, y que además se hizo porque el gobierno no tenía suficiente dinero para financiar el crecimiento necesario del fluido eléctrico para el futuro del país”.
El analista asegura que “la ley como está hoy, lo que hace es darle absoluto control al gobierno de la distribución de la energía, de qué se construye y que no se construye y de la transmisión de la energía de un lugar a otro”.
“No se necesita más, la producción de energía claramente está en manos de muchos particulares, pero ellos están invirtiendo a menos que se les impida hacerlo, que es lo que propone la reforma actual, y si se les impide, el gobierno tendrá que pagar la diferencia, lo cual nos afectaría a todos”.
Luis Rubio cree que la Reforma Eléctrica es “claramente innecesaria y una necedad por razones estrictamente políticas”.
“Lo que el gobierno quiere es dividir a los partidos de oposición y eso es muy legítimo, pero es un vehículo extraordinariamente caro, complejo y delicado para hacerlo”.