De cara a las elecciones de 2021, el doctor Luis Rubio reflexiona sobre como “desde hace un tiempo, la política mexicana se ha vuelto totalmente a lo electoral”, y cómo es que “en estas últimas semanas se ha vuelto extraordinario el contenido que tienen las elecciones del próximo 6 de junio para todos los actores políticos, especialmente para el presidente”.
De acuerdo con nuestro colaborador “en este momento estamos viendo toda clase de procesos, los cuales, algunos políticos han llamado ‘la judicialización de la política’ porque son intentos por utilizar instrumentos judiciales para influir en el resultado de las elecciones”, y cita algunos ejemplos:
“El intento de encarcelar a un gobernador, el intento de quitarle el desafuero a otro, el intento por desbancar a un candidato o candidata porque está creciendo en las encuestas o desbancar a otros para que suba un tercero”.
Respecto a esto, el experto señala que “en lugar de dejarle a decisión a los ciudadanos como ocurriría en una democracia normal; todo en la política mexicana está sobre ‘quién se agandalla más'”.
“Quienes tienen más poder son ya sea los gobernadores que están en el pandero en este momento o el presidente de la República y sus instrumentos que son además vastos”.
“El país está en una situación complicada y difícil”, y según el analista “si seguimos por este camino, vamos a acabar en un escenario electoral que nos va a recordar a los años 80“.
“Antes de las legislaciones que hoy gozamos y que crearon al Instituto Nacional Electoral (INE), antes el Instituto Federal Electoral (IFE) y que permitieron una época tranquila y que permitía que los votos no nada más contaran y se contaran, sino que se resolvieran disputas fundamentales de manera civilizada”.
Luis Rubio cree que “regresar a los conflictos de antes con la violencia que hoy existe en el país por razones internas y externas es peligroso”.
Por ello, sugiere que “todos los ciudadanos deben ponerse de acuerdo en que no haya intervención política y externa en las elecciones de tal manera que se puedan resolver y que sean los resultados sean los que decidan los ciudadanos y no los que quieran, las fuerzas que se van a beneficiar o perjudicar con el resultado final”.
“Aquí nos estamos jugando el futuro de México”.