“Quizá no haya tema más importante y debatido que el de la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador“, dice el doctor Luis Rubio, quien reflexiona al respecto.
“El hecho tangible es que la popularidad del mandatario mexicano es alta, no necesariamente más alta que la de otros presidentes a estas alturas del sexenio, pero lo que sí es diferente su popularidad que la de su gobierno”, dice el experto, quien sostiene que “usualmente ambos tipos de popularidad van a la par”.
“Especialistas, encuestólogos y toda clase de opinadores discuten el tema de la popularidad de AMLO y la pregunta que se hacen todos estos especialistas es doble: por una parte si es sostenible la popularidad y segundo si la popularidad se puede sostenerse a pesar de los resultados económicos, de empleo, seguridad y demás”
Nuestro colaborador indica que hay dos posturas respecto al tema de la popularidad del presidente López Obrador, y explica cuáles.
Por un lado, dice el analista, “están aquellos que creen que el presidente es diferente, que la gente cree en él, tiene fe en él y por lo tanto su popularidad refleja que las personas creen en la persona y no les importa lo que ocurra”.
“Este grupo de especialistas dice que se trata de un presidente que reconoce que acepta y personifica los valores que mucha de la población tiene, en el sentido de reprobar a los gobiernos pasados, de criticar a la corrupción y al mal gobierno”.
Y por otro, sostiene está “el otro grupo de personas piensa que tal como le ocurrió a otros presidentes, la diferencia entre el gobierno y el presidente se va a cerrar y típicamente iría hacía abajo”.
En opinión del especialista, es posible que a la popularidad del presidente le ocurra el mismo fenómeno que ocurrió a Vicente Fox.
“La gente identificaba al presidente [Fox] con un valor de democracia y cuando ésta no se consagró y resultó que su gobierno fue igual de fallido se vino para abajo su popularidad”.
“Lo que vamos a ver a la larga, en mi opinión, es que permanecerá la credibilidad y la fe en el presidente, en aquel grupo que es la base dura, pero el resto se va a distanciar de él en la medida que avance el sexenio”, concluye Luis Rubio.