México el “pedinche” de la Cumbre de Líderes de América del Norte

Con la realización de la IX Cumbre de Líderes de América del Norte en puerta, en la que participará el presidente Andrés Manuel López Obrador, su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; el doctor Luis Rubio reflexiona sobre la importancia de este tipo de encuentros y los riesgos que corre México al imponer su agenda.

“Esas son el tipo de reuniones que son indispensables porque es una manera en la que se conoce a las contrapartes, se entienden sus motivaciones, sus preocupaciones y los límites de lo que pueden hacer”.

Nuestro colaborador agrega que este tipo de encuentros procuran una relación amistosa para los tiempos de crisis.

“Una vez teniendo una reunión personal que permite levantar el teléfono cuando hay una situación difícil, ya se puede hablar de una manera natural, amigable y amistosa porque ya hay una relación que se estableció de manera interpersonal”.

Para Rubio, reuniones entre líderes son “una manera en la que se aprende qué es lo que está pasando en el otro lugar, son cosas que no se pueden leer en los libros, los periódicos o los reportes de las personas especializadas”.

“El comentario de un secretario, un comentario que se percibe en una reunión, la manera cómo uno se conducen, genera el tipo de mensajes que son importantes para que el presidente de cada país entienda lo que está pasando en otro lado y lo entiendan en las contrapartes”.

No obstante, nuestro colaborador destaca que “el problema de este tipo de reuniones, como la Cumbre de Líderes, es que las agendas de México y Canadá son radicalmente distintas. Tienen otros problemas pero no son similares y el riesgo es que acabemos teniendo dos relaciones distintas”, de ahí que considere que el verdadero riesgo radique en pensar que Estados Unidos y Canadá deben atender la agenda mexicana.

“En momentos críticos México y Canadá se han unido para evitar que Estados Unidos abuse de cualquiera de los dos o contraponga a uno contra el otro. Pero el mayor riesgo para México, es pretender que la agenda mexicana la tienen que atender ellos”.

“El riesgo es que vayamos de pedinches a pedir cosas que no existen, que no son posibles y que no nos van a querer dar. Ese es un enorme riesgo”, asegura el analista, quien señala que “una administración como la de López Obrador que por primera vez en 40 años no tiene los mismo objetivos de largo plazo para la relación bilateral y trilateral que los que tienen las otras dos naciones, va a ser particularmente importante”.

“Por muchas décadas, México tuvo una visión y objetivo idénticos a los de los estadounidenses y canadienses; en lo específico podía ser diferente, pero en lo general queríamos avanzar en la misma dirección de una integración económica cada vez más profunda, completa, satisfactoria y benéfica para todo el mundo, eso ya se abandonó con el gobierno actual”.

Por ello, Luis Rubio sugiere importante que “el presidente mexicano acabe entendiendo cuál es la lógica de los americanos y pueda buscar cómo expanderla para beneficiar las necesidades de México”.

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