“El tiempo que nos ha tocado vivir es uno de grandes cambios”, asegura Luis Rubio, quien reflexiona en su videocolumna del día de hoy sobre cómo la globalización ha beneficiado a México y los peligros que puede implicar el caso contrario, la desglobalización.
De acuerdo con Rubio, “todo cambia y todo cambia a una velocidad inusitada y eso ha generado dos tipos de reacciones”, y explica cuáles.
“Una [reacción], encabezada por muchos gobiernos ‘de hombres duros’, incluyendo desde luego a nuestro Presidente, es la de tratar de regresar a lo que existía, donde nos sentíamos cómodos, donde las cosas funcionaban supuestamente. Pero, claro que no funcionaban porque si hubieran funcionando no hubiéramos hecho cambios como los que ha habido en los últimos 20 o 30 años, buenos o malos, exitosos o no exitosos”.
La otra corriente, dice el analista, “es de quienes quieren romper con la llamada globalización para atraer todos los procesos productivos directamente de regreso a donde estaban dentro de los países”.
Sin embargo, Luis Rubio asegura que “en México, la paradoja es peculiar porque el gran éxito que ha tenido el país en términos de su economía, transformación, mejor calidad de productos, y demás ha sido el resultado de los últimos 25 o 30 años de globalización”.
“La gran paradoja para México es que es de los grandes beneficiarios de la globalización porque está cerca del principal mercado del mundo, y al inicio de este milenio, en los años primeros años de este siglo 2000, perdimos una gran oportunidad porque China entendió mejor la oportunidad y fue la que se convirtió en la gran fábrica del mundo y exportaba sobre todo a Estados Unidos y a Europa. Nosotros estando en la frontera no hemos tenido esa capacidad de desarrollar una industria dirigida directamente y de manera integral y en todo el territorio nacional hacia la economía americana”.
Por ello, el experto sostiene que “el punto de fondo es que, para nosotros, paradójicamente, la desglobalización que ocurre en el mundo, el rompimiento de las cadenas productivas de las últimas décadas que nos habían incluido pero marginalmente, es la gran oportunidad de desarrollarnos, es la gran oportunidad de transformarnos”.
“El riesgo para México es que nos encerremos, que pretendamos ir para atrás, que echemos a perder las cosas que sí funcionan, en vez de construir más de esas para que pudiera haber beneficios para toda la población”.
Luis Rubio finaliza diciendo que “es un riesgo que no deberíamos incurrir porque en el momento en que perdamos la capacidad de desarrollar nuestra economía viendo hacia adelante también vamos a empobrecernos de manera acelerada”.