Luis Rubio menciona que la semana pasada el gobierno federal mandó la llamada Reforma Electoral al Congreso de la República para reformar el sistema electoral vigente.
“La propuesta tiene dos características principales: busca reducir gastos y disminuir y modificar la estructura de representación en el Poder Legislativo“.
Rubio analiza estos puntos y asegura que en lo referente a reducir gastos lo que se busca es eliminar al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral y sustituirlos por algo más modesto y cercano al gobierno. Por el lado del legislativo al disminuir el número de senadores y diputados se busca ahorra dinero.
El analista asevera que el ahorro del dinero siempre es “bienvenido” y utilizable para otras cosas; sin embargo, enfatiza que hay que entender claramente cual es la motivación de la iniciativa, cuáles serían las implicaciones y el destino del dinero que se ahorraría.
“El destino del ahorro que se generaría de esto claramente iría para pagar más clientelas para el presidente, lo que significa ampliar su base electoral y por parte de las motivaciones es evidente que quiere concentrar el poder (control total de la instituciones electorales).
Rubio dice de los efectos que tendría esto sobre la democracia mexicana. “El país recurrió a un sistema electoral costoso y complejo, por una razón muy sencilla, porque había muchas desconfianzas, ya que los partidos políticos no veían en el sistema electoral, antes del INE o IFE, que hubiera un sistema confiable, justo y adecuado”.
El analista señala que hoy en día “nadie, excepto el presidente, disputa la trascendencia del sistema que tenemos, por su veracidad o sus implicaciones. Lo que estamos viendo es una virtual toma de poder por la vía electoral, por la vía de las instituciones electorales. Lo que busca el presidente es que su partido se vuelva permanente en el Congreso”.