Luis Rubio habla de que la corrupción parece ser un mal endémico de los mexicanos con el cual no se puede lidiar pero hay una forma de atacarla: reduciendo el poder y arbitrariedad de los gobernantes.
Nuestro analista explica que por muchas décadas, en especial en el siglo 20, la corrupción fue un instrumento para crear lealtades y asegurar que hubiera un sistema político cohesionado.
“Se premiaba a la gente que se portaba bien en el sistema político y con ello se lograba tener una estructura, más o menos sólida y cohesionada, permitió muchas décadas de paz y de crecimiento económico, sin embargo, hoy en día se ha vuelto un factor de disolución”, señala Luis Rubio.
Rubio explica que parte del momento en el que vivimos son los excesos de los gobiernos pasados y que también gracias a las redes sociales y foros públicos es imposible contener actos de corrupción.
También es posible que la corrupción haya aumentado en proporción el crecimiento de la economía o de la actividad productiva, indica Luis Rubio
“La corrupción impide que se consoliden inversiones, que se creen empleos, que mejoremos y que prosperemos, impide que prospere la educación en la época de la economía de conocimiento, lo que hace simplemente imposible el crecimiento de la la sociedad”
Luis Rubio
Sobre la pregunta de cómo acabar con la corrupción Luis Rubio asegura que sólo hay una manera de hacerlo y es eliminando la excesiva libertad, discrecionalidad y arbitrariedad de las decisiones gubernamentales, “o sea que con el gobierno actual se está yendo hacia el lado contrario ya que se está concentrando más el poder”.
“En la medida que disminuyamos la capacidad de decisión arbitraria de los gobernantes vamos a tener un país completo y menos corrupto; la clave de eliminar la corrupción reside en eliminar la arbitrariedad que nos caracteriza, si no lo hacemos vamos a seguir siendo un país corrupto que no va a poder prosperar más allá de lo mínimo”
Luis Rubio