“El día de mañana tendrá lugar en Washington el diálogo de alto nivel entre los gobiernos de México y Estados Unidos, estos diálogos llevan varias décadas en funcionamiento, pero se suspendieron con el gobierno de Donald Trump y han vuelto a renacer a petición de Joe Biden”, por ello el doctor Luis Rubio reflexiona sobre la diferencia que habrá en el encuentro bilateral y los resultados que de él emanen.
“Esos diálogos han sido muy fructíferos, han permitido que se resuelvan problemas, se allanen dificultades y se avance en la relación bilateral; pero esos diálogos van a ser muy distintos a lo que fueron en el pasado, cuando los dos gobiernos tenían nominalmente el mismo objetivo”.
Nuestro colaborador explica que en este tipo de encuentros binacionales “la idea era una integración gradual entre las dos economías como mecanismo para que México se desarrollara aceleradamente y con eso se lograra para Estados Unidos, una frontera sur más próspera y más segura”.
Como ejemplo, el experto retoma el Tratado de Libre Comercio firmado por México en 1994.
“Desde luego aunque había objetivos similares, no estaban los dos lados a hacer las mismas cosas para lograr el objetivo. No hay que olvidar que para México, el Tratado de Libre Comercio que inició en 1994 fue un objetivo en si mismo, donde la idea era que con eso se había concluido una etapa de reformas”, señala.
Mientras que “para los americanos el Tratado de Libre Comercio original, era el principio de una etapa de transformación en México”.
“Esa diferencia en actitudes y visiones es lo que explica en buena medida por qué la relación es tan complicada desde entonces, por qué los americanos están decepcionados de que México no se ha transformado y por qué México no está aprovechando como ellos hubieran querido el tratado aquel”.
En la actualidad, “el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es un gobierno que ‘ve hacia dentro’, con una idea más proteccionista, más nacionalista que aunque acepta y mantiene vigente el T-MEC, preferiría no tener una relación tan estrecha con los americanos”, dice el analista.
“Esa diferencia en énfasis, entre ‘ser un tratado positivo y favorable y verlo como una palanca para el desarrollo’ y verlo como ‘una cosa inevitable quizá es necesaria pero no deseable’, explica según Rubio, “porqué México tiene una tensión permanente con los Estados Unidos“.
En su opinión, “la negociación de mañana no va a cambiar las cosas significativamente, pero sí indicará que al menos hay el reconocimiento de ambos lados, que es necesario seguir hablando, comentando y conociendo los problemas y las perspectivas del otro lado”.
“Al menos eso nos dice que tenemos un momento positivo y una oportunidad de ir corrigiendo el rumbo en cosas que están mal en el lado americano y en el lado mexicano”.
Luis Rubio concluye diciendo que “hay que observar qué es lo que pasa porque de lo que ahí se negocie, van a surgir las cosas que ocurran en el futuro, tal como ocurrió tantas veces en el pasado”.