“Hay una enorme diferencia entre el Tratado de Libre Comercio (TLC) que entró en vigor en 1994 que fue renegociado hace un par de años, con otras reformas que se hicieron en esa época y las más recientes que se hicieron en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto”, asegura el doctor Luis Rubio, quien reflexiona sobre este acuerdo comercial entre los países de América del Norte
De acuerdo con Rubio, “el Tratado goza de una gran credibilidad y legitimidad que no es cierta en ´términos de la aprobación popular de otras reformas”, y explica que esto se debe a que “todos nos identificamos con el Tratado, porque todos vemos o tenemos un familiar que vive y trabaja en Estados Unidos y lo que el tratado representa es una adopción de las reglas del juego al estilo estadounidense”.
“Todos los que sabemos cómo funcionan nuestros parientes allá [en Estados Unidos], cómo trabajan y y cómo son los negocios sabemos que es mucho más fácil funcionar allá. Sabemos que hay reglas del juego claras y quien se apegue a ellas puede ser exitoso. Sin embargo, en México esas cosas no ocurren”.
Por ello, nuestro colaborador cree que “aunque al principio el Tratado pudo ser poco conocido, una vez que fue evidente que era un elemento funcional de la economía mexicana, muchos mexicanos entendieron inmediatamente por qué”.
“Las reformas como la Eléctrica, la de Educación y demás son otra cosa, son igual de importantes y necesarias para la economía mexicana, pero son diferentes por otra razón”.
Y es que en su opinión esto se debe a que “nunca se explicaron, ni se convenció a la población de por qué eran importantes. Mientras que el Tratado de Libre Comercio, cada quien lo podía ver en su propia vida cotidiana, las otras requerían una discusión pública y un convencimiento que nunca se dio”.
“Esa es la diferencia entre una ciudadanía que discrimina, entiende y diferencia, la cual los políticos no creen que existe, pero que el Tratado demuestra que sí existe y además es muy consciente y madura”.
Luis Rubio cree que “lo que le falta a México es más democracia y discusión para que no tomemos al pie de la letra lo que nos dicen los políticos”.