Ante el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador, de poner un límite al precio del gas de uso doméstico, el doctor Luis Rubio opina que “el fin es que el gobierno acabe quedándose con las empresas y que sea el quien distribuya” y explica por qué no debería ser así.
“La razón por la que se privatizaron esas empresas y por la que se distribuyen las cosas desde el sector privado es porque son mucho más eficientes las empresas privadas que el gobierno”.
Para nuestro experto, “lo que el presidente está haciendo es un ‘acto político’ que no tiene absolutamente nada que ver con la disponibilidad o el costo del gas, sino que es una vieja estrategia que se utilizó en los años 70, así como en otros países como Venezuela y Nicaragua para que el gobierno se quede con las empresas”.
Sin embargo, destaca que esto “cierra oportunidades de empleo y eliminando la disponibilidad de gas”.
“La conclusión de esto es la que ya sabemos y hemos vivido muchas veces, en vez de que haya gas más barato, no va a haber gas, y entonces va a acabar siendo mucho más caro y difícil de resolver el problema”
Luis Rubio cree que la propuesta de López Obrador “no es una gran idea, sino más bien, una idea vieja, mala y con enormes costos en el camino”.