La relación entre Estados Unidos y México es extraordinariamente compleja, diversa, profunda, amplia al grado que nadie la controla, asegura el doctor Luis Rubio, quien analiza el papel de los consulados en las relación bilateral, los cuales, opina, “con frecuencia se ignoran o minimizan en esta relación”.
“La relación entre México y Estados Unidos tiene toda clase de factores que inciden en ella y hacen que no haya ninguna relación parecida con el mundo”.
Nuestro colaborador señala que “lo interesante es cómo han evolucionado los consultados mexicanos en los Estados Unidos”, y explica por qué.
“En los años de las décadas de 1960 y 1970, cuando empezó a crecer el número de consulados, había consules que se dedicaban a los asuntos de la relación México-Estados Unidos, es decir, los americanos acudían al consulado para obtener permisos, información y demás sobre México, para poder invertir, visitar, etcétera”.
Por otra parte, asegura, “los consules se dedicaban a promover la imagen de México y asistían a toda clase de eventos para hablar sobre México“.
“A nivel local, fuera de las grandes ciudades de Estados Unidos, eran los consules los que mantenían nutrida la relación e informaban sobre México”.
Sin embargo, el experto señala que “con la introducción del Tratado de Libre Comercio (TLC) esto cambió, porque se volvió complicada la relación y porque México se convirtió en parte de la política norteamericana”.
Además, destaca que otra cosa que también cambió radicalmente la función de los consulados fue “el crecimiento dramático de la migración mexicana a los Estados Unidos, durante los años de 1980,1990 y lo que va de este siglo”.
“Los consules dejaron de ser portavoces de México en Estados Unidos para convertirse en verdaderos funcionarios del gobierno mexicano, para atender a los mexicanos en el exterior”.
En opinión del analista, la atención a los mexicanos por parte de los consules “es indispensable, es una responsabilidad fundamental”.
“Los consules se dedican a las cosas que son necesarias para los mexicanos, desde las más elementales como emitir una cédula de identidad o un pasaporte, hasta lidiar con problemas criminales, delincuenciales que existen todos los días”.
“En el camino se perdió ese factor clave que los consules realizaban antes, que es el de informar a los americanos sobre México”, dice Rubio.
Por ello, Luis Rubio cree que “si queremos volver a recrear un relación funcional e introducir una nueva dinámica mexicana en Estados Unidos”, será necesario “tener que pensar de una manera distinta los consulados, o quizá hacer dos consules, uno dedicado a Estados Unidos y otro dedicado a los mexicanos”.
“[Pensar] en algún esquema que permita que México recobre la capacidad de informar y mantener la narrativa mexicana en Estados Unidos”.