Luis Rubio habla que la pasada elección marca un hito en la historia de México y permite hacer la reflexión de cómo construir un nuevo sistema político.
El analista señala que la política ha entrado en una fase de transformación que marcará un hito histórico, no solo por elegir a la primera mujer presidenta, sino porque representan el fin de una era política.
“Es distinta a la que hemos vivido los mexicanos (…) porque ya no tendrá lugar en la era del PRI ni del presidente López Obrador.”
Luis Rubio
El analista explica que durante el siglo XX, el PRI mantuvo una estabilidad y control político, “funcionaba como una institución que mantenía controles políticos muy severos y a la vez permitía una transición entre las élites.” Sin embargo, este sistema comenzó a desmoronarse desde el movimiento estudiantil de 1968 y la apertura económica posterior. La llegada de López Obrador al poder marcó el fin definitivo de esta era.
Las instituciones democráticas surgidas en los años 90 con el objetivo de reemplazar al PRI no han demostrado ser lo suficientemente fuertes. Luis Rubio observa que estas instituciones “han sido debilitadas todas. Están bajo la mira incluyendo la Corte y al INE.” Este debilitamiento plantea un reto enorme: cómo construir un nuevo sistema político que garantice la participación, el control, la estabilidad y la transición del poder.
Rubio subraya que el presidente López Obrador mantuvo el control gracias a su “habilidad política y su capacidad de control vía la narrativa,” algo que es improbable de replicar por su sucesora.
En este contexto, el reto es construir un sistema que no dependa de características personales excepcionales, sino de instituciones robustas y funcionales.
“A partir de ahora vamos a tener el gran reto de cómo construimos un nuevo sistema político, un nuevo sistema que permita la participación, que permita el control, que permita la estabilidad y que permita la transición en el poder de un gobierno a otro”.
Luis Rubio
La presencia del crimen organizado y los diversos intereses grupales, sindicales, empresariales y políticos añaden una capa de complejidad a este proceso. Rubio enfatiza que “hay toda clase de intereses en el país… que van a tratar de incidir en la manera en que el país funciona.” Por lo tanto, es crucial un esfuerzo colectivo para apoyar a la nueva presidenta y facilitar una transición hacia una etapa de mayor estabilidad y crecimiento económico.