El analista Luis Rubio señala que “todo iba bien en este gobierno hasta que comenzaron en los últimos días varias locuras”. Ya que, dice que las épocas de fin de sexenio, típicamente, los presidentes comenzaban a consolidar lo que habían logrado”, no obstante, asegura que en el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, esto no parece suceder.
“[Los presidentes trataban] de amarrar las cosas, de asegurarse que el proceso de sucesión vaya bien, sin excesivos altibajos”.
Luis Rubio, analista
Sin embargo, asegura que “el presidente López Obrador está empeñado en cambiar las reglas del juego” y explica por qué:
“Está atacando de manera sistemática, y yo diría brutal, a los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), comenzando por la ministra presidenta, Norma Piña. Hay toda una estrategia de hostigar y hacer complicada la vida de los ministros cuando salen de sus oficinas”.
A los ataques de AMLO a la SCJN, Rubio suma que “hubo la expropiación de la vía férrea en el tren del Istmo la semana pasada”.
“Todo esto son pequeños indicadores de que no hay límite a los frentes que el Gobierno está dispuesto a abrir. Pero el momento del sexenio en que lo está haciendo es muy delicado porque poco a poco el gobierno va a ir perdiendo control de los procesos”.
Luis Rubio, analista
Luis Rubio menciona que perder el control de los procesos al final de los sexenios “es una cosa normal en la medida en que va avanzando el proceso de sucesión y que va habiendo candidatos para suceder al presidente actual”.
Pero destaca que “esto nos dice es que el presidente está dispuesto a ‘tentar el destino’, a tomar riesgos que de otra manera serían inadmisibles e insuperables”. Y como una forma de explicar esto, cita el ejemplo de lo ocurrido con Japón en la Segunda Guerra Mundial:
“Los japoneses pensaron en la Segunda Guerra Mundial que podían dominar todo el Pacífico y que nadie se los impediría. Y fueron tan obtusos, agresivos, temerarios de ir a atacar a los americanos que provocando la entrada de los Estados Unidos a la guerra. Y así, acabaron los japoneses haciéndose harakiri, perdiendo hasta su sistema de gobierno”.
El punto de todo esto, dice el experto, “es que, estos no son momentos de lujuria sino que son momentos de consolidar y cerrar porque los riesgos de que se puedan presentar situaciones complicadas el año que viene son cada vez más elevados”.
“No es obvio como va a avanzar el año que viene porque nadie sabe cómo van a estar las diversas candidaturas, quiénes serán candidatos y cómo va a desenvolverse la economía y otros factores políticos e internacionales que son por definición no anticipables”.
Luis Rubio, analista
Por ello, Luis Rubio concluye diciendo que si bien “se puede especular sobre [el futuro], nadie sabe exactamente qué va a ocurrir”. Por ello, “el punto de fondo es que [el fin de sexenio] es tiempo de consolidar, no tiempo de abrir más frentes”.
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