El Instituto Nacional Electoral (INE) buscará que se suspenda la ejecución de las modificaciones a diversas leyes electorales, en espera de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declare la inconstitucionalidad del llamado “Plan B”.
El INE no se opone a la austeridad, pero esta no debe suscitarse a través del desmantelamiento de una estructura.
Para nuestro analista, en lo que se empeñaron los legisladores, particularmente la mayoría, fue en destruir por dentro al Instituto Nacional Electoral.
Para tener un árbitro débil, un árbitro sobre todo, que carezca de ese elemento que es crucial para tener elecciones confiables, que es tener una estructura profesional de personas que llegan a esos puestos a través de concursos que dedican toda su vida profesional a la cuestión electoral.
El árbitro electoral buscará que el Máximo Tribunal eche para atrás las modificaciones ya publicadas y las que se encuentran en proceso legislativo.
Lo que tendríamos sería básicamente un Instituto, un árbitro raquítico que tendría que depender de funcionarios eventuales que entran y salen de la institución.