El gran reto de Morena para la victoria electoral en 2024 está más allá de los opositores, adentro del partido, en las filas del movimiento.
Para Jesús Silva es bastante perceptible la fisura que existe dentro de Morena, entre quienes consideran su estrategia para ser los beneficiarios del dedazo, o la expresión de las formas de lealtad en todos los lemas del presidente y quienes sí toman cierta distancia o se atreven a hablar con una voz propia y distinguible a la del presidente. Una de ellas: Marcelo.
Eso creo, que una de ellas es la de Marcelo Ebrard, que no estuvo en el evento de Coahuila, donde fue el ausente.
El pasado 26 de junio, Morena realizó un mitin en Coahuila al que asistieron los aspirantes a la presidencial: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX; Adán Augusto López, secretario de Gobernación; y Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena.
Ricardo Monreal aprovechó para solicitar que se tengan las reglas muy claras rumbo a la definición de la candidatura para las elecciones presidenciales.
Después, Mario Delgado, líder del partido, tomó el micrófono y aseguró que cuando hay piso parejo, no hay que “andar echando tanto brinco.
Creo que la gran incógnita es si Morena tendrá la capacidad de permanecer como un partido unido de cara a la sucesión presidencial.
Jesús Silva, analista político
