Continúa el disgusto de los estudiantes del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), por la designación de José Antonio Romero Tellaeche como director del centro, a quien acusan de ser impuesto por la titular del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla.
El analista político, Jesús Silva-Herzog Márquez comparte un poco del análisis sobre los hechos en el Centro de Investigación.
Nos indica que el CIDE es una institución pequeña, pero que ha sido una casa académica de gran importancia en el país.
Hace mención que de acuerdo al historiador Jean Meyer, quien trabaja en el centro, el intento de intervenir ideológicamente en CIDE es una especie de experimento para ver si funciona y posteriormente se aplica el mismo modelo a otras instituciones de educación superior.
Destaca que la directora del Conacyt ha hablado reiteradamente de su necesidad, de luchar en contra de lo que ella denomina la ciencia neoliberal.
“Hay una serie de expresiones que parecen propias de las purgas ideológicas. El hecho un poco de hostigar, de eliminar, de sacar de la jugada a aquellos científicos, académicos o profesores que puedan estar manchados por este vicio del neoliberalismo”.
Jesús Silva-Herzog, analista político
Considera que la resistencia de los estudiantes del CIDE y la solidaridad que se ve con los estudiantes de otros recintos académicos, es por la intervención ideológica que es inadmisible.
“No puede pensarse que las instituciones académicas y educativas estén al servicio de un partido o de un gobierno en específico, eliminando o purgando a aquellos que tienen ideas distintas a las que se defienden desde el gobierno”.
Jesús Silva-Herzog, analista político
Se puede ver que en los espacios de defensa de la autonomía del CIDE, está la defensa de la educación superior en el país.
En la crítica se puede ver que hay un aviso para que se reconfiguren las instituciones al servicio las causas buenas de la educación que son las que tienen que ver con el respaldo a la administración del presidente López Obrador.
“Debemos recordar las luchas estudiantiles y académicas de tanto tiempo, donde lo que se defiende es que exista plena libertad para investigar, para difundir la cultura, para comunicarse con los estudiantes sin seguir un itinerario ideológico que es el que parece que de alguna manera se busca imponer con este experimento en el CIDE”.
Jesús Silva-Herzog, analista político