El periodista Javier Solórzano cree que “lo que está pasando en Guerrero es, sin lugar a duda, importante porque se están conjuntando circunstancias que ponen en evidencia el estado de las cosas”.
Sobre todo, de las “que tienen que ver con la delincuencia organizada y ponen en evidencia las estrategias de seguridad, a los gobiernos federal, estatal y municipal, y crean un clima totalmente adverso”.
Si bien, Solórzano destaca que la situación no es generalizada en todo el estado, lo cierto es que “en Taxco, Chilpancingo, Iguala y Acapulco están bajo condiciones totalmente adversas”.
“No es todo el Estado efectivamente, pero es donde se concentra la mayor cantidad de población. Son las zonas, junto con Zihuatanejo, que echan a andar, el Estado por el turismo y servicios”.
Sobre sí “se puede atacar el problema de Guerrero”, el periodista cree que “sí, pero no bajo las actuales condiciones”, ya que “hay evidencia de que hay ya una negociación con la delincuencia organizada”.
“La situación es delicada porque todo indica que hay dos grupos en Chilpancingo que se están ‘peleando la plaza’ y que la presidencia municipal habría otorgado algún tipo de facilidad para que esto se dividiera. Incluso entra en juego el obispo, que todo indica que es él quien sienta a la presidenta municipal en la posibilidad de hablar con el líder del grupo ‘Los Ardillos’”.
Javier Solórzano señala que “la situación en Guerrero es delicada y que el problema está en que el presidente Andrés Manuel López Obrador, debe de verlo de otra manera”.
“Éste es un asunto delicado y no es todo el país, tratemos de tener justos medios de las cosas. Pero sí es una circunstancia a la que se vive en Guerrero particularmente delicada y la impresión general es que el gobierno no atina a tener una estrategia que pudiera cambiar el estado de las cosas”.
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