El Senado ha roto las reglas para la elección de la presidenta de la CNDH

| 17:47 | Javier Solórzano | Uno TV

Javier Solórzano señala que el Senado ha roto sus propias reglas establecidas para el proceso de selección de la presidenta de la CNDH, generando un precedente peligroso en una de las instituciones más relevantes del país.

El periodista detalla que se había diseñado un proceso de selección en el que solo las tres mejores calificadas pasarían a una terna final. Sin embargo, “resulta que las tres mejor calificadas no quedaron en la terna final,” revela, y añade que este cambio fue producto de un interés político más que de la evaluación objetiva de las candidatas.

Entre los nombres seleccionados, aparece Rosario Piedra, la actual presidenta de la CNDH, quien no cumplió con los estándares establecidos por el propio Senado. 

“¿Quién es Rosario Piedra? Ella, en la evaluación, fue la que quedó en último lugar junto con otros tres participantes. Sacó un solo punto”.

Javier Solórzano

Este proceso ha sido politizado de manera cruda, algo que Solórzano considera inevitable en la vida pública. Pero lo que le preocupa es la falta de respeto a las reglas establecidas para designar a la persona más capacitada.

 “El asunto es de enorme relevancia, porque en la medida en que se diseña un proceso, junto con el proceso está también la importancia que se le concede al respeto de las reglas”.

Javier Solórzano

“Están menospreciando el valor mismo que tiene la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”, asegura Solórzano. Expresa su preocupación de que este desprecio institucional pueda desembocar en la desaparición de la CNDH o en su transformación en un simple apéndice del gobierno, como ha ocurrido con otros organismos autónomos. 

El nombramiento de la nueva presidenta de la CNDH debería ser una elección basada en méritos y calificaciones, pero según Solórzano, el Senado ha roto brutalmente esas expectativas. 

“Están en tiempo de quitar a Rosario Piedra“, dice el periodista, quien enfatiza que su objeción no es contra la persona, sino en favor de la transparencia y de la importancia de que la institución sea dirigida por alguien que comprenda profundamente el significado de defender los derechos humanos.