El impacto de la pandemia en el mundo y en México no sólo se mide en cifras de muertos y contagios, sino en consecuencias económicas y sociales; sin duda es la peor catástrofe en lo que va del siglo.
Nuestro analista opina que son varias las consecuencias del COVID en el mundo, particularmente en México, dejó cicatrices como todo el daño que llevó el cierre de la economía y la falta de apoyos.
Lo peor es que el problema continúa, ¿en qué sentido? Pues el COVID largo, famoso, muchísimos ciudadanos que tuvieron coronavirus hoy tienen problemas serios que los pueden llevar a no trabajar otra vez en su vida o ser mucho menos productivos de lo que eran antes. Se van a tener que retirar más jóvenes y alguien los va a tener que mantener.
Pero para Carlos Elizondo hay aún una cicatriz más profunda y grave: la educativa.
México no ha enfrentado el problema. Durante casi dos años de no clases presenciales, ¿cuántos no aprendieron lo que debían de aprender? Nosotros tuvimos sin clases presenciales año y medio, casi dos años. Y esos niños, muchos, están con profundos rezagos educativos y no tenemos una estrategia sólida, robusta, medible, que nos permita saber qué hacemos con el niño de la de primaria que no aprendió a leer como debía de aprender.
En México, la pandemia provocó hasta 626 mil fallecimientos, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud. La cifra es casi el doble de lo registrado por el gobierno mexicano, que contabiliza 324 mil.
La cifra de la OMS incluye a personas que murieron directamente por la enfermedad, otros problemas médicos e interrupciones de la atención médica derivados de la pandemia.